UNA BUENA PREPARACIÓN ES LA MEJOR CARTA DE PRESENTACIÓN A LA HORA DE DESARROLLARNOS EN EL ÁMBITO PERSONAL Y PROFESIONAL
El camino al éxito es un proceso similar a la construcción de un edificio: hay que hacerlo con buenas bases y por etapas si lo que se quiere es tener una estructura sólida que pueda soportar cualquier terremoto o eventualidad que se pueda presentar en el futuro. Por esto, el compromiso de educarnos debe ser pieza fundamental de nuestros cimientos como personas de manera tal que pueda servir como una plataforma que nos permita alcanzar poco a poco los sueños profesionales y nuestro proyecto de vida. Así como un edificio mal construido muestra grietas desde un inicio, una persona mal preparada tampoco podrá soportar los obstáculos que inevitablemente encontrará a lo largo de su vida. Una buena formación es sin lugar a duda, una de las mejores inversiones que uno puede hacer por uno mismo.
En mi caso personal, gracias al ejemplo de mis padres, comprendí desde temprana edad lo importante que era preocuparme constantemente por dar lo mejor de mí en los estudios. De nada sirve tener la oportunidad de prepararse en las mejores instituciones académicas del mundo si no se tiene el compromiso inquebrantable de aprovechar estos escenarios para adquirir las herramientas y el conocimiento que nos permiten ir logrando, paso a paso, las metas y los objetivos definidos en nuestro propósito de vida. Cada cosa que podamos aprender, de la mano de nuestras convicciones, dedicación y empeño; es fundamental para tener una buena carta de presentación a la hora de acceder a las más destacadas universidades en el mundo, una adecuada escuela de posgrado y a las mejores posiciones profesionales. Todas estas etapas son determinantes para lograr el éxito.
Cualquier oportunidad de adquirir conocimiento, por pequeña que parezca, puede hacer la diferencia en la forma en la que se desenvuelve nuestro camino hacía el éxito. La educación, además de ofrecernos la oportunidad para aplicar conocimientos concretos en un área determinada, también nos ayuda a fortalecer nuestras habilidades generales para relacionarnos, reconocer la diferencia, promover escenarios de diálogo y ofrecer soluciones a los problemas que afectan actualmente a nuestra sociedad. Es decir, nos ayuda a estimular nuestra curiosidad intelectual para actuar integralmente, con honestidad y transparencia, en diversos contextos de la vida pública y privada; contribuyendo en el mediano y largo plazo a la construcción de una mejor sociedad para todos y las futuras generaciones en el proceso de lograr nuestras metas.
En ese sentido, invito a todas las personas que me leen, independientemente de su edad o profesión, a que tomen la decisión de invertir en su futuro a través de la educación. Ya sea a través de recursos propios, becas o facilidades como las que ofrece el Instituto para la Formación y Aprovechamiento de Recursos Humanos (IFARHU) en Panamá; siempre será una buena idea dedicar nuestro tiempo y esfuerzos a fortalecer nuestras capacidades personales para poder enfrentar de mejor manera los obstáculos que podamos encontrar en el camino. Despertar el hambre por el conocimiento y perseguir la obtención de conocimientos de forma permanente; es una de las pocas inversiones en la vida que siempre van a traer utilidades.
En conclusión, el compromiso inquebrantable por la educación es una de las bases fundamentales para que cada persona haga de su vida un edificio con cimientos fuertes que soportarán las tormentas y obstáculos que se crucen en el camino. Brindando las herramientas necesarias para que cada quien pueda aprovechar los conocimientos específicos y habilidades generales para sortear de mejor manera las situaciones difíciles y tomar decisiones que permitan mantener el rumbo fijo hacia el logro de sus objetivos. Una buena preparación es la mejor carta de presentación a la hora de desarrollarnos en el ámbito personal y profesional; por lo que si cada uno de nosotros toma la decisión de invertir en su futuro a través de la formación y la academia, estará realizando una inversión que solo trae retorno positivo, tanto en las dimensiones personales como en el impulso para la construcción de una mejor sociedad.